¿Qué? ¿Que se acaba el año? ¿Y a mi qué?
Bonita excusa para romper la rutina, bonita pero infértil. Como si celebráramos que has pasado la página doscientos del libro de mates, o que se te ha acabado el lápiz.Y van, y celebran algo mucho más tonto... menos real, por lo menos.
Quiero decir, que para mi no ha pasado un año desde “el año pasado”: echo la vista atrás y me entra vértigo de pensar que no puedo acordarme de cómo he pasado de donde estaba a donde estoy. Giras la cabeza y te parece asombroso que haya pasado tanto tiempo y a la vez tan poco.
Tim O’Brien habla de las historias: “Las historias son para altas horas de la noche, cuando no puedes acordarte de cómo pasaste de donde estabas a donde estás.” Mi hermana, me colgó el miércoles la traditional etiqueta:
Todos los papeles se van a quedar sobre la mesa, sí, para el año que viene. Pero me quedan casi seis horas para publicar en el blog las entradas “del año pasado”. Felices, people.